sábado, 9 de junio de 2012

Viaje de Turquía (parte 2)

El cirujano viejo y Pedro logran escapar gracias a un griego espía, disfrazados de frailes. Por el camino encuentran a dos guardias del rey que están buscando a Pedro, así que se mete muy bien en su papel de fraile (incluso improvisa su pasado) y se acaba ganando su amistad, de tal manera que los guardias deciden viajar con ellos. El cirujano no sabe hablar griego ni turco, y por las noches habla en sueños, y Pedro debe estar despertándole para que se calle y no levante sospechas. Tras trece días, se despiden de ellos y van a Monte Saneto, donde alquilan una barca, pero por culpa del viento no pueden llegar a su destino. Se quedan en una posada y unos cristianos descubren que realmente no es turco, y amenazan con entregarle a la justicia. Pedro y el cirujano huyen de allí en la barca, logrando llegar por fin a Monte Saneto, y se hospedan en el monasterio de Chilandarí. Allí no se pueden quedar mucho tiempo, pues no hay puerto y no pueden encontrar barcos que lleguen a Chío, su destino final. Van pasando por varios monasterios en busca de un puerto. 

En el monasterio de Sero Pótame, conoce a un marinero griego y embarca con él. Tras un infortunado viaje (tormenta, peñas que impiden el paso, etc.) logran encallar el barco y les acogen en una ermita, pues fuera está nevando. Al final, Pedro y su compañero el cirujano deciden huir de los marineros griegos, llegan a una posada donde contratan a un mozo que les haga de guía hasta un puerto de mar. La nieve y el frío les hace sufrir mucho. Por el camino, descubren a un sastre espía que les acaba ayudando porque Pedro le amenaza con delatarle. Encuentran un barco de cristianos y van con ellos, pero unos turcos les atacan. Pedro les acaba convenciendo para que los libere. Sin embargo, los cristianos planean abandonar a Pedro y al cirujano porque creen que les traen mala suerte, no sin antes ir juntos a una boda a la que les invitan, y en ella, Pedro confiesa no ser realmente un fraile, así que los marineros le acaban perdonando y llevándole a Chío. 

Debido a la peste, no le permiten entrar en la ciudad y le mandan a un monasterio. Allí encuentra a un antiguo amigo suyo, un embajador, que le consigue un barco para ir a Troya. Van pasando de isla en isla hasta llegar a Sicilia, lugar al que tampoco le dejan entrar, le detienen en las afueras durante veintiocho días y se muere de hambre. Además, los turcos se apoderan de su barco y tiene que ir a Nápoles andando. Allí enferma, luego va a Roma y continúa viajando de ciudad en ciudad, pasando por Francia y finalmente llegando a León y a Santiago (donde está ahora, hablando con Mata y con Juan) 

Juan y Mata discuten porque Pedro tiene demasiado buen aspecto para todo lo malo que ha pasado. Finalmente, al caer la noche, se despiden y se van a dormir, reuniéndose de nuevo al día siguiente para que Pedro les siga contando las costumbres de los turcos.

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