jueves, 14 de junio de 2012

El Buscón (resumen I)

Pablos es un chico de Segovia, hijo de un barbero alcóholico que estuvo en la cárcel y de una prostituta que tenía fama de bruja. 

Va a la escuela y se convierte en el favorito de los demás, lo cual provoca la envidia de los demás y le insultan sin parar, hasta que un día se harta y tira una piedra a un niño que le llama "hijo de una puta y hechicera". No todos le odian, pues tiene un amigo, don Diego. 

Un día va en caballo en una procesión de Carnaval y el animal se come un repollo de un puesto, la dueña se enfada y llama a los guardias, y un montón de gente que había por allí empieza a tirarle comida. Tras este episodio, sus padres deciden no llevarle más al colegio, así que se va a servir a la casa de don Diego.

A don Diego le envían como pupilo a casa del licenciado Cabia, y Pablos lo acompaña en calidad de criado. Cabia es un clérigo muy avaro que tiene a sus criados muertos de hambre. Los niños sufren mucho pero el padre de don Diego no les cree, hasta que uno de los criados muere de verdad por inanición y don Alonso, el padre de don Diego, saca a su hijo y a Pablos de ahí. 

Tras tres meses, van a Alcalá y llegan a una venta en la que hay rufianes, dos prostitutas, un cura y dos estudiantes, y le gastan una broma a un anciano que dormía. 

Luego van a una casa alquilada, y don Diego paga una patente para que le acepten, pero Pablos no, así que sus compañeros se burlan de él: le escupen hasta dejarlo empapado, le azotan por la noche y uno se caga en su cama para que parezca que ha sido él. 

Después de esto, Pablos decide ser un pícaro para que no le vuelvan a tratar así. Empieza a robar, primero de la despensa, luego a un confitero, a alguaciles... 

Un día recibe una carta de su tío, un verdugo, que le dice que han ahorcado a su padre y apresado a su madre. Decide ir a Segovia a recoger su hacienda (don Diego también va a Segovia, pero ya no van juntos).

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