lunes, 28 de mayo de 2012

La lozana andaluza (tercera parte)

Esta parte está más dedicada a la vida de alcahueta de Lozana que de prostituta. Empieza afeitando a tres mujeres que habían ido a verla, y luego corre la voz y afeita a muchas más y todas acuden a Lozana para que les dé consejos de belleza. 

El autor reaparece como personaje, esta vez va a ver a Lozana y le pide que le dé algo de beber, que está cansado, y debaten sobre el significado de los sueños (Lozana es muy supersticiosa y les da mucha importancia). Cuando el autor se marcha, encuentra a un villano que se dirigía a casa de Lozana para llevarle comida, como agradecimiento por haber sanado a su hijo. El autor narra en voz alta lo que hacen los personajes, e interroga a todos sobre Lozana, para darle al relato más verosimilitud. Se descubre algo sobre la personalidad del autor: nació en Calatrava, su padre fue cordobés y su madre de Martos.

Lozana empieza a ser considerada como una hechicera. Sus remedios y consejos de belleza cobran una fama sin medida, van de boca en boca y acaba ganando más dinero que un médico. Lozana cuenta orgullosa la vez que una vieja perdió a su gallina y fue a pedirle ayuda a Lozana, quien, enfadada, la mandó a coger hierbas al tejado, y resulta que allí estaba la gallina. En una ocasión Lozana debe ir a casa de Jerezana a afeitarla, pero llega tarde y ella ya se ha afeitado (está muy enfadada con Lozana), pero aun así consigue engatusarla para que le regale una capa a Rampín.

Por otro lado, Lozana ya no es la que solía ser, la sífilis le está afectando, ya apenas le sale el vello de las cejas.

Lozana es amiga de una puta vieja llamada Divicia, quien le regala unos cuchillos y ya queda a charlar con ella. Lozana le cuenta a Divicia la historia de Ganela, un hombre que se finge enfermo para aprender remedios, y luego en su tierra decir que es médico y así ganar dinero. 

Llega a casa de Divicia un joven, Coridón, que cuenta que se enamoró de una muchacha que se tuvo que casar con un hombre rico para sacar a su familia de la pobreza. Lozana le aconseja que se disfrace de mujer y vaya a pedir trabajo a casa de su amada, y así poder verla a escondidas del marido. Es una historia que queda con final abierto, se presupone que sale bien. 

Lozana va diciendo por ahí que está casada y que debe guardarle fidelidad a su marido. Sin embargo, se sigue acostando con hombres, en una ocasiín, con cuatro palafreneros. 

Habla con un tal Ponficio, quien le cuenta que ha hecho una apuesta: debe convertir a su burro Robusto en un bachiller. Lozana le aconseja sobre cómo humanizar al asno y al final consigue el título. 

La obra finaliza con Lozana yéndose, junto a Rampín, a la isla de Liparí. Allí, se cambia el nombre por la Vellida. Esta decisión surge a raíz de que Lozana ha soñado que debe irse allí y, además, un astrólogo predijo que irían los dos a vivir al paraíso. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario