Se llaman también interrogativas disyuntivas o interrogativas cerradas. Son preguntas con un grado de incertidumbre muy pequeño, porque solo admiten respuestas determinadas, como sí o no (en las polares) o elegir entre dos opciones (en las alternativas).
En más profundidad, las interrogativas polares son esas que solo admiten por respuesta dos opciones antagónicas, que son o sí o no. No tienen partículas interrogativas como quién, cómo, etc., sino que siguen la misma estructura que las asertivas, aunque a veces pueden posponer el sujeto. Así, en la modalidad asertiva diríamos Juan ha venido y, en la interrogativa, ¿ha venido Juan?. Aparte de esto, con respecto a las asertivas cambia también la entonación.
Las interrogativas alternativas ofrecen explícitamente dos o más opciones entre las que el receptor debe elegir. Por ejemplo, ¿qué prefieres comer, macarrones o espaguetis?
Hay una variante de las polares que la constituyen las preguntas confirmativas u orientadas. Son preguntas cuya respuesta solo puede ser sí o no, al igual que en las polares, pero no se usan para que el interlocutor elija entre esas dos opciones, sino para que confirme si la información que posee el hablante es cierta o no. Por ejemplo, el que pregunta ¿Te llamas Luis? es porque está casi seguro de que el interlocutor se llama Luis, solo quiere su confirmación. Sería similar a decir Te llamas Luis, ¿no?. Y este ¿no?, o ¿verdad? o ¿eh? que se añade al final de una oración asertiva se llama apéndice confirmativo o interrogativo, y se usa también para confirmar información que se tiene por verdadera, para enfatizarla o para presentarla como evidente.
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