Los
complementos de acusativo interno son esos complementos directos que en
principio suelen acompañar a verbos intransitivos. Qué incongruencia,
porque los verbos intransitivos no llevan complementos directos. Yo
lloro es una oración intransitiva, no necesita nada más, llorar
constituye un predicado por sí solo y no precisa ningún complemento
directo que lo complete. Pero qué bonito es el lenguaje que se puede
convertir ese verbo intransitivo en uno transitivo si le añadimos, por
ejemplo, la palabra lágrimas. Yo lloro lágrimas. ¿Qué lloras? Lágrimas. O
si te parece lloramos pepinillos. Lágrimas es un complemento de
acusativo interno, porque va con un verbo intransitivo y prácticamente
viene a decir lo mismo que el verbo por sí solo. Pero es estúpido decir
que yo lloro lágrimas, precisamente por eso, porque no añade ninguna
información adicional. Así, a estos elementos cognados (que así se
llaman, vivir una vida, morir una muerte, llorar una lágrima) hay que
añadirles necesariamente algo, algún modificador que haga que la frase
no suene redundante y estúpida. Por ejemplo, vivir una vida placentera,
morir una muerte horrible, llorar lágrimas de dolor. Porque llorar
lágrimas a secas es una tontería, pero llorar lágrimas de dolor es
diferente, pues podrían haber sido lágrimas de alegría y, sin embargo,
no lo son.
¡Muchas gracias! ¡Excelente explicación!
ResponderEliminar¿El acusativo interno debería derivarse de la raíz del verbo intransitivo?
ResponderEliminar¡Clarísima explicación!¡Muchas gracias!
ResponderEliminar